VALGAÑÓN

IGLESIA PARROQUIAL DE
NUESTRA SEÑORA DE TRESFUENTES

En Valgañón hubo una aparición de la Virgen a la pastora Inés. Al enterarse Fernando III el Santo, visitó la villa junto con su madre Berenguela de Castilla y el obispo de Burgos, consagrando éste la iglesia en 1224.

En ésta podemos observar su ábside muy bien conservado. El templo es de planta longitudinal y la orientación del ábside es hacia Oriente. El primitivo edificio era rómanico, de una sola nave de 32,70 metros de longitud y 7,5 metros de anchura, cubierta con una bóveda gótica de crucería. A lo largo de los años ha sufrido varios añadidos como la sacristía en el siglo XVII que tapó por completo el ábside. Se derrumbó tras unas obras llevadas a cabo en 1995, dejando este al descubierto. El ábside en el exterior se halla dividido en tres paños por haces de columnas y horizontalmente por dos impostas de dientes de sierra. En cada uno de los paños se abren ventanas trilobuladas que en el interior son pentalobuladas. Se adornan configurados a base de personajes y animales en el exterior representando la lucha entre el bien y el mal y con motivos básicamente vegetales en el interior.

Durante el siglo XVIII se lleva a cabo varias reformas, como la construcción en 1773 de las capillas laterales dando al templo forma de cruz y el baptisterio en la parte sur del templo, junto al pórtico.

Las últimas reformas que se llevaron a cabo fueron en 1897 el desmontado de la antigua torre románica, que se encontraba junto a la sacristía, por sufrir esta, según informe del arquitecto Juan Martínez de Maeztu, peligro de derrumbe, construyendo en 1902 la torre actual en la parte suroeste del templo, ascendiendo el importe de la obra a 12.781 pesetas.

El Altar Mayor, que desde las obras llevadas a cabo en 1995 fue trasladado a los pies del templo, es barroco de mediados del siglo XVIII. Consta de un solo cuerpo de tres calles, ático y banco. En el cuerpo las calles están flanquedas por columnas compuestas de fuste acanalado y otras dos columnas más pequeñas que enmarcan el camarín de la Virgen. En las calles laterales, en un plano inferior al del camarín, se abren hornacinas con las imágenes de San Joaquín y Santa Ana. El ático tiene forma de medio punto, en el centro se halla una imagen de San José. Bajo el camarín se encuentra el tabernáculo y el sagrario. Todo el retablo está cubierto con paños dorados.

A los dos lados del crucero se encuentran dos retablos de estilo rococó, uno dedicado a San Antonio de Padua y otro a San Isidro Labrador, ambos iguales, fueron hechos por encargo de Antonio Gonzalo de Zaldúa en 1740.

Frente a la puerta de entrada se encuentra el retablo de la Inmaculada Concepción, de estilo barroco y fechado en 1682.

En el lado derecho del templo se encuentra la capilla del Cristo de Bañares. El retablo fue encargado en 1649, por Lorenzo Martínez, natural de Valgañón y su esposa Juana Cavero, para colocar en él al Cristo de Bañares, que con anterioridad se encontraba en el arco de la Capilla Mayor. En el centro del retablo se encuentra una tabla pintada con la representación de la Dolorosa a la izquierda y del Apóstol San Juan, María Magdalena, José de Arimatea y Nicomedo a la derecha. Las pinturas de las calles laterales del retablo representan la Caída de Jesús, la Coronación de Espinas y Jesús en el sepulcro a la izquierda y el Bautismo de Jesús, la Adoración de los Magos y la Sagrada Familia a la derecha. A ambos lados los retratos de los donantes en actitud de adoración.

En el lado izquierdo del Templo encontramos la Capilla del Salvador. El retablo de la Capilla tiene una hornacina, hoy vacía, en la que se encontraba una imagen del Salvador. A los lados de la hornacina pinturas de pequeño tamaño que representan los martirios de San Pedro y San Juan Bautista. Bajo la hornacina una pintura de la Sagrada Cena y rematando el retablo una pintura de la Resurrección de Jesús.

Cuenta la Iglesia con un órgano ibérico del siglo XVIII.

Dispone el Templo de dos pilas bautismales, una de ellas del siglo XIII gallonada en la copa y decorada con una girnalda de flores sobre peana de rombos y de dos tallas románicas de gran valor. La imagen de la Virgen de Tresfuentes y la talla del Cristo de Bañares (s. XIII).

La talla de la Virgen es del románico tardío (s. XIII). Es de madera policromada, mide 75 centímetros desde los pies a la corona más 10 centímetros de peana en la que se asienta. Hasta la segunda mitad del siglo XX se tenía por costumbre cubrir a la Virgen con vestidos y mantos y colocarla una corona de plata. No es hasta la celebración del séptimo centenario de la consagración de la Iglesia, cuando la Virgen es bajada de su camarín y se descubre que la talla está unida a un amplio armazón de madera para que sus vestidos y mantos fuesen más visibles y vistosos. Se aprecian entonces desperfectos causados por los clavos que unian la talla al armazón y en la corona de la talla por la colocación de la corona de plata. Desechada esta costumbre a finales del siglo XX se lleva a cabo una restauración de la talla a mediados de los 90 dejando esta así en su estado original.

La talla del Cristo de Bañares, según cuenta la leyenda, fue encargada hacer en Burgos por la Villa de Bañares, pero al ser trasladada desde Burgos a Bañares los bueyes que tiraban del carro se detuvieron al paso por la Iglesia de Tresfuentes, negándose a continuar el viaje, es por lo que se decidió que el Cristo se quedase en Valgañon. Otra versión cuenta que ambas Villas encargaron dos crucifijos en Burgos pero se adelantaron los vecinos de Valgañón a recogerlo y les entregaron el de Bañares por no estar terminado el suyo. Sigue siendo costumbre que todos los 28 de Abril acudan los vecinos de Bañares en romería para venerar la imagen del Cristo.